Copa América 2015
LIZARRAN



Martes, 1: AM. Rojadirecta.me. En la otra línea, el whatsapp de mi amigo Orlando Urrunaga. Padre peruano; madre argentina. Sentimientos antichile compartidos.

Sale La Roja a salvar el escándalo de la suspensión de Jara, que lo mira por Tv como nosotros ¿Jugará la final? Ambientazo en el Nacional. Clásico del Pacífico. Los chilenos cantan fuerte el himno para achicar a los peruanos, que están más tranquilos que Messi a fin de mes. La Albirroja estará entre las cuatro primeras por segunda vez consecutiva. Tarea cumplida.

Arranca el partido con Chile volcado al ataque y Perú bien plantado. Valdivia está siendo neutralizado por Ballón y Lobatón. Zambrano y Arturo Vidal tienen una cita de machos en la esquina derecha del arco de Gallese. El árbitro avisa: “La próxima será amarilla.” Bien por el colegiado. Un minuto y Zambrano le da una patada a un chileno que no alcanzo a distinguir (son todos iguales, chiquitos y con los pelos parados). Recibe tarjeta por reincidir. Después de una contra, Paolo Guerrero centra y La Foquita Farfán cabecea al palo. Los amigos del barrio se cambian los papeles. Perú avisa.

Y después, solo después, Zambrano despeja fuerte y le marca el lomo a Charles Aránguiz, que cae como si le hubieran perforado un pulmón con los tacos. Roja y Perú se queda con diez: “Ballón a la zaga y Carrillo al medio”, le dice Gareca a Vargas. Rearme improvisado hasta que entre un central. Valdivia liberado tocó con Aléxis Sánchez, este para Isla, centro y Aránguiz (adelantado) remata al parante izquierdo. Vargas llega justo para empujar el rebote. Me fui a dormir.

A medianoche recibo un mensaje con la palabra “Empataroooooon”. Era mi corresponsal en Vilanova y la Geltrú que seguía firme alentando a los suyos. Al otro día puedo leer en los diarios que Chile llega a otra final después de veintiocho años. Orlando Urrunaga, el nombrado colaborador, me dice que le gustó el partido por dos motivos: “1. Desnudó a Chile, le puso entre las cuerdas un equipo con 10 hombres. Chile no está para campeón, salvo arbitraje o error del adversario. 2. Una actitud diferente en el jugador peruano. Pese a jugar con uno menos y marcador en contra, sacó los huevos que tantas veces se le reclamó y pudo incluso adelantarse en el marcador.” (textual).

Voy a trabajar a la tarde/noche. Jordi Bazán Kenny me repite que el Chile-Perú fue un partidazo. Entonces me acuerdo de Orlando y su razón 1: si Argentina consigue llegar a la final puede ganar la Copa.

Fin de la jornada. Desperados, pizzas Burrito y Primavera. Comer y salir escopeteados para el Lizarrán de calle Llançá. Desde que sacamos cuentas, la selección argentina nunca perdió cuando vemos los partidos con Jordi. Para el debut ante Paraguay fuimos al bar de la china de Joan Güell y Travessera y empataron. Pero desde que se juegan a la 1:30 no nos quedó más que buscar otro sitio y ahí apareció Lizarrán. En el lugar compartimos pantalla con hinchas uruguayos y colombianos que se reían de nosotros viéndonos sufrir. Esta vez entraron todos los goles que no se dieron en otros partidos. Celebramos con los fieles compañeros de siempre tomando un tequila por cada gol argentino. A ellos quiero dedicarle esta columna. A Orlando, a la gente del bar y a mi mamá que me escribe desde Mendoza cada vez que juega Argentina. Estamos a un paso de la gloria. Como dijo el Ché: “Hacia la victoria ¡Siempre!”



El Futbolólogo

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