Sudáfrica 2010

LOS ONCE MEJORES DE LA

COPA DEL MUNDO




¡Por fin tengo un lugar en donde poner mi Equipo Ideal de una vez por todas! Tantas Copas de Mundo me tuve que aguantar a ese periodismo parcial, que solo armaba planteos acordes con el color de la camiseta que defendían durante el torneo. Hoy les presento a este Once Ideal de El Futbolólogo, sabiendo que ustedes tendrán distintas opiniones sobre los hombres escogidos aquí. Si tienen algo que objetar me gustaría saberlo. En todo caso, lo que importa no es tener la razón, sino homenajear a los que se llevaron mejor con la pelota en esta tierra africana.




Arquero: Iker Casillas (España)


Hasta los cuartos de final mi candidato era Justo Villar, el guardavalla guaraní. Pero Iker jugó dos partidos fantásticos antes de la consagración. Fue portador de un carácter descomunal, llevando el altavoz de la defensa en medio de las vuvuzelas, ordenando a todos y a cada uno de sus hombres. El grito de “¡Piensa!” a Cesc Fávregas en la final, después de que este cometiese una falta en la puerta del área, que casi les vale el gol a los holandeses, es una muestra cabal de su poder de concentración y de las condiciones innatas de capitán que posee. Emocionó a medio mundo levantando la Copa del Mundo y selló con un beso a su novia, Sara Carbonero, el título de campeón absoluto.


Suplente: Justo Villar (Paraguay)






Lateral derecho: Maicon (Brasil)


Maicon no debería llamarse solo Maicon, sino Maicon XR4 o algo así. Porque no hubo ni habrá otro como él. En esa fábrica ininterrumpida de laterales derechos que es Brasil (Djalma Santos, Carlos Alberto, Nelinho, Leandro, Cafú…), el del Inter superó a todos en velocidad y potencia. Parecía Jonah Lomu corriendo de banderín a banderín y, como al All Black en sus mejores épocas, nadie pudo pararlo cuando agarró carrera con la pelota.


Suplente: Philipp Lham (Alemania)






Primer central: Lúcio (Brasil)


Queridos lectores, pongan en cero el cronómetro y empiecen a contar desde ahora, porque pasarán muchísimos años hasta que aparezca otro Lúcio ¡Qué corazón tiene este hombre! ¿Cuántas veces ha visto usted en Brasil a un central con tanta solvencia, carácter, hombría, capacidad para sacar adelante a un equipo de muertos como este que llevó Dunga a Sudáfrica, con tanta deportividad y fidelidad a la camiseta? Solo Maicon estuvo a la altura de este Passarella brasileño, nacido ahí, en Brasilia, en el centro del único país pentacampeón del Mundo, donde seguramente un escultor ya estará preparando la piedra para hacerle un monumento.


Suplente: Gerard Piqué (España)






Segundo central: Carles Puyol (España)


Yo no sé si España jugó con 11 jugadores, con 13 o con 14. Pero de lo que estoy seguro es que este catalán estaba en todos partes. Porque si algo hizo Puyol en Sudáfrica 2010 fue precisamente eso: multiplicarse. Era el primero en subir al ataque, a cabecear todas las pelotas paradas, y el último en cerrar sobre la línea del gol los remates de los contrarios cuando ni siquiera Casillas llegaba. España debió enfrentarse al contragolpe durante la mayor parte de este torneo y de no ser por el Gladiador del Barça, habrían perdido por goleada en más de una oportunidad.


Suplente: Arne Friendrich (Alemania)






Lateral izquierdo: Giovanni van Bronckhorst (Holanda)


El golazo que le marcó a Uruguay no solo le valió media final a los naranja, sino que constituye una de las obras de arte de este Mundial. En su labor defensiva fue prolijo, cerrando el paso a los osados que intentaban meterse por su costado. Se retiró al término del primer tiempo suplementario de la final con una amarilla, su segunda del torneo, sustituido por Edson Braafheid. Cuatro minutos después, Heitinga fue expulsado y a los 116´ Andrés Iniesta marcó el gol de la victoria, pateando desde el sector en el que Gio era dueño.


Suplente: Fabio Coentrao (Portugal)






Volante por derecha: Xavi (España)


Nunca un apodo mejor puesto como el que le puso el finado Andrés Montes a este jugador: “El oficinista”. Porque Xavi te atiende en su despacho del mediocampo, siempre dispuesto y atildado, y con una eficiencia propia de un notario. Desde los tiempos de Luis Suárez (el único Balón de Oro de esta tierra) que no aparecía un jugador con tanto oficio y vocación como el que tiene el actual armador del FC Barcelona. Campeón Sub-20 en el 99, Medalla de Plata en Sydney 2000, Eurocopa 2008, una inmensidad de títulos con FC Barcelona y la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 ¿Qué más tiene que ganar para que le den el bendito Balón de Oro? Debe que ser este año.



Suplente: Wesley Sneijder (Holanda)






Volante central: Javier Mascherano (Argentina)


Aquí tal vez haya un poquito de polémica, ya que para muchos Sergio Busquets fue mejor. Igualmente, yo me quedo con Masche. Si hubo un jugador que merecía el título en esta selección argentina, que arrancó bárbaro pero que terminó fatal, era él. Fue el único que estuvo a la altura en aquella derrota por 4-0 ante Alemania, el único que hizo algo por detener a los teutones. Por estas razones me quedo con él, porque no es lo mismo defender en el medio cuando te ayudan los “dos Xavi” que cuando estás solo.


Suplente: Sergio Busquets (España)






Volante por izquierda: Andrés Iniesta (España)


Si, ya sé, todos van a decir lo obvio, que lo elegí porque marcó el gol de la victoria. Pero piensen un poquito: en esa posición ¿quién jugó mejor que él? ¿Cristiano? ¿Podolski? ¿Robinho? ¡¡Iniesta, señores!! ¡¡INIESTA!!


Suplente: Mesut Özil (Alemania)






Ala derecha: Thomas Müller (Alemania)


Goleador de la Copa del Mundo – hizo 5 goles en menos minutos que Forlan, Villa y Sneijder – y mejor jugador joven con 21 años. Mediapunta absoluto, en el Bayern no levantaba ni un poquito de la polvareda que desató en Sudáfrica con sus diagonales. Fue imposible marcarlo. Tuvo gambeta, tuvo gol y, sobre todo, astucia. Creo que desde los tiempos de Klinsman que no veía un jugador con tanta explosión y movilidad en una delantera alemana, con tanta viveza para buscar la falta (y para simularla también) y para romper el fuera de juego. Por momentos parecía que Alemania jugaba fútbol sala con los defensores rivales, como si el campo tuviese vario metros menos de cada lado. El futuro germano lleva su nombre. Bienvenido Thomas a la galería de los grandes.


Suplente: Arjen Robben (Holanda)






Centrodelantero: Diego Forlán (Uruguay):


“No aguanto más” fue lo que le dijo el oriental Forlán a su compañero Diego Perez a pocos minutos de comenzada la semifinal ante Holanda. El 10 de Uruguay arrastraba una lesión que casi no lo dejaba correr. A los 41´ del primer tiempo, el dolor se desvaneció cuando marcó el empate para su equipo y salió como un rayo a abrazar a los compañeros. De principio a fin se convirtió en el motor que empujaba a La Celeste a lo más alto, incluso cuando nadie creía en ellos. El fútbol no es solo toco y me voy, es garra, corazón ¡hombría! y en este Mundial 2010 si hubo un plantel que la tuvo de sobra, fue la selección charrúa de “Cachavacha” Forlán.


Suplente: Lionel Messi (Argentina)






Ala izquierda: David Villa (España):


Tal vez muy pocos sepan esto, pero “El Guaje”, como le dicen a Villa, sufrió una rotura de fémur cuando tenía cuatro años, nada menos promisorio para un niño que soñaba con ser futbolista alguna vez. Pero ese percance en su vida en vez de perjudicarlo acabó por beneficiarlo, porque su padre lo estimuló a entrenar la izquierda y por eso Villa pudo ser, junto con Diego Forlán, uno de los pocos delanteros ambidiestros que jugaron el Mundial. Ahí donde los otros se complicaban buscando el mejor perfil para patear, el Guaje le daba como venía y casi siempre con acierto. Gracias a sus tres goles, La Roja sorteó una fase complicada de grupos y luego él mismo fue quien le dio al equipo el pasaje a los cuartos y a la semifinal. En sus últimos dos partidos no pudo marcar, es cierto, pero con sus 5 dianas en Sudáfrica ya alcanzó el podio como máximo anotador español en los Mundiales (8 goles) y de goleador absoluto de la selección ibérica con 51 goles en 72 partidos.


Suplente: Luis Suárez (Uruguay)




El Futbolólogo

Vicente del Bosque
EL HEROE DEL SILENCIO


Héroes del Silencio era una banda de rock que me hechizó en mi adolescencia con sones distorsionados y la poesía asombrosa de Enrique Bumbury, el Jim Morrison de Zaragoza. Su solo nombre encierra la paradoja más real de todas: la de las palabras que son devoradas por un tiempo siempre perecedero. El mundo está lleno de héroes del silencio, personas que prefieren el ejemplo a la elocuencia para dejar su legado. En este fútbol-espectáculo, repleto de figuras parlantes y caprichosas que intentan adueñarse del micrófono, Vicente del Bosque se hace oír del mismo modo tanto la gloria como en el fracaso: con las palabras las justas.

Este castellano, nacido en Salamanca hace 59 años, siempre fue un Quijote. Trabajo, honradez y humildad son sus valores. Como jugador fue mediocampista defensivo del Real Madrid durante catorce años (1970-1984), interrumpidos en tres ocasiones cuando se fue a préstamo a clubes menores como el Castellón o el Córdoba. De ahí la rereza de su frase: “Si yo fuera un jugador me gustaría parecerme a Busquets” (volante central de esta selección española).


Pero nadie recuerda al Del Bosque jugador. Si por algo se hizo fama este hombre en el mundo del balón fue por las dos Champions League que ganó el Real Madrid en los años 2000 y 2002 y por la Intercontinental de esa última temporada. En el vestuario tuvo que domar a fieras de la talla de Fernando Redondo, Fernando Hierro, Guti, Raúl, Helguera, Morientes, Roberto Carlos… y cuando llegaron otras de la estatura de Figo, Zidane o Ronaldo los cautivó con su lenguaje de pueblo, su andar cansino y sus ideas claras, explicadas con dos o tres palabritas nada más. No le tembló el pulso cuando debió comunicarles a los muchachos que Ronaldo no estaba para correr, que todos debían correr por él y que él se encargaría de la responsabilidad de hacer los goles, de ganar los partidos. Dicho y hecho. El Real Madrid de del Bosque o Real Madrid de los “Galácticos” jamás tuvo problemas de camarillas y su entrenador nunca debió someterse al círculo mediático que hoy ocupan los Mourinho o los Maradona, según ellos mismos, para “sacarles la presión a sus jugadores”. Cuando ganó sus detractores hablaron de que había llegado con el trabajo hecho por sus antecesores, Benito Florio y Jorge Valdano, y cuando perdió la Liga 2003/2004, quedando a solo siete puntos del Valencia, el club se lo sacó de encima como si fuera un bicho pegado al radiador de un auto, haciéndose con los servicios de un técnico más mediático, llamado Wanderley Luxemburgo, al que echaron de la misma manera. Por ese motivo no fue de extrañarse que cuando esta selección española empezó a mostrar su despliegue, muchos alegaron al trabajo previo realizado por Luis Aragonés, técnico que ganase la Eurocopa en 2008. El propio Aragonés fue quién dijo: “Con este juego España no puede ir muy lejos” cuando La Roja perdió su primer partido del Mundial ante Suiza, a lo que Del Bosque, sin entrar en el juego directo de la devolución de patadas, declaró simplemente que: “El equipo no cambiará su estilo de juego”.

Cuando los españoles vencieron a Honduras el entrenador siguió cauto, como siempre, y ante la expectativa generada por el duelo con Chile, que de perderse significaba abandonar Sudáfrica, Del Bosque se limitó a decir: “Espero que este no sea el partido más importante de mi carrera”.

En los octavos, España venció el anti-fútbol de Portugal con el único tanto de Villa, en una jugada con dudoso off-side de Fernando Llorente. Sin imaginarlo, Diego Maradona habló de los beneficios que recibió el equipo español, calificando de “horrible” el arbitraje de su compatriota Héctor Valdassi y de “pobre” al juego mostrado por los campeones de Europa. Con los ojos rojos del mal dormir, propio del hombre que se aguanta solo las presiones, y con el mismo tono monocorde con que suele contrarrestar este tipo de opiniones, el castellano se refirió a su colega argentino con un simple: "Maradona es un tío majo pero es un poco pesado".

La victoria ante Paraguay fue la verdadera hazaña de este equipo, tanto por lo difícil que lo pusieron los guaraníes como por el significado que tenía pasar de los cuartos de final, la materia pendiente de los ibéricos en la historia de la competición. Entonces el mundo se dio cuenta de que este plantel, sin ser espectacular ni brillante, como Alemania u Holanda, estaba ganando los partidos con trabajo y perseverancia. La victoria en semifinales ante los germanos fue “la ostia”, como dirían aquí, y la euforia incluso llevó a la reina Sofía a bajar a los vestuarios del Estadio Moses Mabhida, de Durban, para felicitar a los sudados muchachos. Carles Puyol, autor del único tanto, le dio la mano envuelto en una toalla, recién salido de la ducha. Entre aplausos y gritos se oyó un reclamo. “¿Dónde está Vicente?” E inmediatamente, cansino y un poco avergonzado, el técnico estrechó la mano de la soberana con un dejo de emoción que no le permitió reprimir una pequeña lágrima.

La verdad, cuando vi a Iker Casillas levantar del Copa del Mundo me dije: Se lo merecen, realmente se lo merecen… y no paraba de repetírmelo. España fue el equipo más fuerte y ganó el Mundial haciendo una campaña deportivamente mucho más leal al fútbol de la que hicieron otros equipos. Con Del Bosque de por medio no podía ser de otra manera. Igual que en los viejos tiempos, una vez más el castellano ha dejado demostrado que para ser un ganador no hace falta hablar mucho.-



CITAS:

La mayoría de las declaraciones aquí publicadas fueron titulares extraídos del Diario MARCA de España.



El Futbolólogo

- Opinión -

¿MARADONA TIENE QUE IRSE?




Como decía un viejo arquero húngaro, llamado Gyula Grosics: “Mientras que la victoria no necesita explicación, la derrota no se puede explicar”. Ya pasaron muchos días desde que la selección argentina perdió por 4-0 ante Alemania en Sudáfrica, la primera goleada en contra de la albiceleste en un Mundial luego de aquel paseo que nos diera la Naranja Mecánica de Cruyff en 1974. En aquella oportunidad, el combinado dirigido por Vladislao Cap, José Varacka y Víctor Rodríguez era un descontrol. Quique Wolf, lateral derecho de aquella selección, todavía recuerda el desorden de las charlas técnicas con entrenadores que se contradecían todo el tiempo, debatiéndose entre la marca en zona o la del hombre a hombre. En medio de ese mar de críticas que era la selección, César Luis Menotti emprendió un nuevo proyecto y gracias a él Argentina ganó sus dos primeros Mundiales Juveniles (1975 y 1979) y la primera Copa del Mundo en 1978. Un año después comenzaría la era Grondona en la presidencia de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), un señorío que perdura hasta nuestros días.


Antes de este Mundial de Sudáfrica, la AFA se vio seducida por la idea de armar otro cuerpo colegiado como aquel del 74, esta vez con Sergio Batista –ex campeón en México´86 y técnico ganador de la medalla de oro en Pekín 2008– y Diego Maradona a la cabeza. Entre ellos deberían remontar la desastrosa situación de Argentina en las eliminatorias luego de que Alfio Basile abandonara el cargo bajo presión. Pero la designación de Maradona a mitad de la clasificación no fue una casualidad, ni algo del tipo: “Démosle a Dieguito una oportunidad”. Nada que ver. La llamada del nuevo DT fue una trama de Julio Grondona para sacarse de encima la amenaza de Daniel Vila, alto empresario de los medios, que quería quedarse con la AFA para ganar derechos de televisación en el fútbol argentino. La competidora directa de Vila era la cadena TyC Sports y con Vila a la cabeza, la AFA acabaría con TyC. Antes de la renuncia del seleccionador Basile, Vila se había aliado con Bilardo –técnico campeón del Mundo en el 86– para enfrentar a Grondona. Luego intentó seducir también a Maradona, pero éste se negó a hablar con él por considerarlo un desconocido. Así fue como Don Julio (Grondona), que supo de la noticia, le ofreció a Maradona una jugosa oferta como entrenador de la selección nacional. La primera idea del presidente de la AFA, como se dijo antes, era juntar a Maradona con Batista, pero el campeón olímpico decidió bajarse del proyecto porque veía muy turbia la cosa. Entonces Grondona habló con Bilardo, con quién estaba peleado a muerte desde que se alió a Vila, para ofrecerle un cargo de manager aprovechando que su relación con Maradona era buena -lo más loco de todo fue que Bilardo aceptó-. A su vez, el gobierno de la presidenta Cristina Kirchner también le dio una mano a Grondona, nacionalizando la transmisión de algunos partidos del campeonato de Primera División 2009, que esta vez fueron emitidos por Canal 7, el canal estatal. De esta manera se neutralizó por un tiempo la amenaza de Vila. Pero la respuesta del empresario no se hizo esperar y Maradona fue el chivo expiatoria de una campaña mediática feroz contra la AFA, encarnada especialmente por los periodistas de su canal insignia, la cadena América. Cuando Argentina clasificó para el Mundial de Sudáfrica, Maradona les contestó a los periodistas de América con una frase que no hace falta repetir.


Pues bien, ahora que ya pasó el Mundial y que Maradona dejó demostrado en el último partido ante Alemania que no genera confianza como entrenador ante equipos importantes, cobra fuerza la siguiente pregunta: ¿Se va Maradona? Para quién escribe lo más probable es que se quede, por lo menos hasta finalizar su contrato. En primer lugar porque se trata de una renuncia. Maradona es un hombre revanchista y querrá desquitarse de todo lo ocurrido, igual que lo hizo la última conferencia de prensa de las eliminatorias, luego del partido ante Uruguay. En segundo lugar porque ¿Qué puede hacer lejos del fragor de las cámaras y del calor de la competencia? O, mejor dicho ¿Qué va a hacer de bueno? Sinceramente, no lo veo alejado del mundo del espectáculo y por su salud es mejor que las cámaras estén cerca de él. Para peor, Maradona no sabe ser segundo de otro y no creo que, devaluado como está, lo acepten de actor principal, ya sea en el ámbito deportivo, político o cultural. En tercera instancia, el técnico tiene contrato hasta 2011 y es menester que se respete dicho acuerdo para no caer en la interrupción de los procesos. Sin ir más lejos, Marcelo Bielsa tuvo un Mundial horroroso en 2002 y se despidió dándole la primera medalla de oro olímpica al fútbol argentino dos años después en Atenas. Por lo tanto, si Maradona no da la talla en 2011, será suficiente. Otro tema es el apoyo que reciba en estos días. De momento las encuestas no le dan a favor (40% de los votos para que se quede, 60% para que se vaya según el diario Olé), pero algunos jugadores ya le han pedido que se quede y para Julio Grondona aún sigue siendo útil. Como se imaginarán, la salida de Maradona significaría un nuevo ataque de Daniel Vila a la AFA y, de quedarse el empresario con el mayor organismo del fútbol argentino, ahí sí que estaría todo perdido.



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El Futbolólogo