Prólogo
RESEÑA DE LA PELOTA HUEVADA



A mi me encanta el fútbol, desde siempre, de chiquito. Lo jugábamos de dos maneras me acuerdo: o bien con un amigo o dos amigos o más, con un solo arco quiero decir, jugábamos gol-entra y hacías el gol y entrabas al arco, y después te dejabas hacer el gol porque querías jugar… claro; y si éramos varios: partido, con arco chico, dos piedras o dos remeras hacían de palos (también podían ser dos árboles, por qué no?), con arquero volante!! que la podías tocar con la mano dentro del área, que nadie sabía bien donde estaba el área y enseguida se armaba quilombo, porque no había área de verdad, era tu imaginación el área, igual que era tu imaginación el foul, el penal y todo lo que se te ocurría en el momento para que el otro no gane. Y después, ya medio tarde, antes de que tu mamá grite “Migueeeeelooo!!”, practicabas los penales, la definición por penales. Vos solo, te quedabas con tu hermano o con un amigo, los dos, pateando los penales, mirándolo a la cara al otro como diciéndole “te mato hijo de puta” y el otro, que ya te leía los ojos, te contestaba tragando saliva: - “No vale a fundir…” –

Y la otra manera de jugarlo era el partido grande, con arquero fijo, que se podía ir turnando o no, pero bueno, ya había más gente, era otro tema: Pan – Queso – Pan – Queso… el dueño de la pelota era uno de los que pisaba (“no vale puntín…” decía) y elegía y vos te quedabas esperando: si te elegían primero era porque eras bueno, jugabas adelante o de 10, y si te dejaban para lo último: de defensor seguro; y acá es donde empiezo a pensar: Imagínense a Nesta, Zambrota, Ayala… todos pibes de nuestra edad que antes, como vos, o no, eran los perros que jugaban atrás porque no los quería nadie en su equipo; muchos de ellos dicen hoy en los reportajes que arrancaron jugando adelante en baby fútbol (mentira!!!) o imagínense a un pendejo ruso diciéndole a Lev Yashin: “vos gordito vas al arco eh!” y hoy el premio al mejor arquero del mundial se llama nada más y nada menos: “LEV YASHIN”; o (lo que es real) a Maradona, un chichón en el piso, compitiendo en Fiorito para ver quién le pegaba mas veces al palo y los pibes, que hoy son hombres, cuentan: “Diego le pegaba siempre hijo de mil…” Aún hoy anda circulando un video en que Zidane lo desafía sanamente a pegarle mas veces seguidas al travesaño, rememorando un video que vió él mismo de Maradona hacíendolo tres, cuatro, que se yo, cinco veces seguidas y el hizo una de pedo ahí en el video, Zidane, nada menos…





Ahora ya no juego más al fútbol, a la pelota quiero decir. Para a ser honesto nunca fui bueno. Pero de una cosa me quería acordar a ver si ustedes también se acuerdan: cada vez que hacía un gol gritaba (después de la palabra goooollll!!!)… “gol de Graciani” o “Comas-Comas Comas... Jorge-Alberto-Coooomaaaaasss!!!”… imitando a Mauro Viale.
Y ustedes? Qué gritaban? Rubén Paz? Fancéscoli? Walter Perazzo?...
Siempre me acuerdo, perdonen la redundancia, de un día del año 1986, pero no se cual. Mi viejo compraba un diario que se llamaba Tiempo Argentino, es un diario poco conocido, lo reconozco (así como la revista La Deportiva que también la compraba). Por alguna razón, creo más bien por la falta de guita, en casa teníamos esos ejemplares y en uno de ellos, el que salió justo después de que Argentina fue campeona en México, vino un poster de Maradona, más grande que yo de altura creo!! el Diego con la camiseta Le Coq y la cinta de capitán con abrojo, la pera en alto, el pecho inflado, el banderín estrangulado en el puño de los nervios, la pose tensa: labios, frente, era como de cera, superconcentrado el chabón… Y yo lo miraba… lo miraba… como me gustaba ese poster ahí colgado en la pared sin revoque. Y entonces empecé a buscar cosas de él, en el Clarín, otros diarios, claro! No había Internet en ese entonces!! (cuánta plata en revistas porno nos hubiéramos ahorraaado…!!) y un día de esos encontré sin querer, en una revista El Gráfico, “el equipo ideal de México ´86”, que decía así: “Pumpido; Amoros, Morten Olsen, Ruggeri, Julio Alberto; Luis Fernandez, Giusti, Maradona, Burruchaga; Careca y Elkjaer-Larsen”. Todavía me escucho terminando de leerlo en voz alta y, después de hacer una pausa sin respirar, decirme: “qué raro, no lo pusieron a Lineker…"

Entonces empecé a buscar en qué puta revista estaba Lineker, loco! No estaba ni en el equipo suplente de El Gráfico (figuraban Valdano y Butragueño en la delantera), ni en los diarios… rarísimo, Gary Lineker, el goleador de México ´86, no estaba entre los once mejores del mundial. Entonces pensé en hacer un poco de justicia y armé mi propio equipo de México ´86 en una hoja, a saber: Pfaff; Amoros, Morten Olsen (porque me había gustado el nombre, nada mas), Ruggeri, Branco; Burruchaga, Tiganá, Luis Fernandez, Maradona; LINEKER y Butragueño.
Y ahí me quedé tranquilo. No sé si llovió o qué (porque en casa la lluvia sonaba fuerte en la chapa y te dormías al toque) pero esa noche dormí bastante bien, con la conciencia tranquila, con la satisfacción de sentirme el único capaz de poner a Lineker en el equipo titular y contra la opinión de todos los periodistas argentinos de aquel entonces que no se iban a ensuciar las manos…porque era un deber moral, ético y moral… (Zzzzzzz….)

Y… nada, al otro día devuelta la misma historia: Pan – Queso – Pan… y otra vez de defensor. Seguí bastante tiempo de defensor, incluso llegué a mejorar mi técnica, a cagarlos a pedo a los de arriba para que hagan goles; también saqué un par de pelotas sobre la línea, ahora que repaso con nostalgia aquel equipo del campito de La Torre de Telesistemas (qué líbero Tucho!!). Pero desde entonces fue como que ya no sabía discernir entre si me gustaba más jugar a la pelota con los amigos o estar en casa viendo El Gráfico (ya me había hecho amigo de un peluquero que me regaló una pila de revistas El Gráfico, que todavía deben andar por ahí tiradas…). Y poco antes de que empezara el mundial de Italia ´90, le pedí a mi vieja que me compre todos los Gráficos, no se, porque me había quedado con la pica de no tener los de México. Qué grande mi vieja! Me los compró todos, incluso el último donde venía el equipo ideal de Italia ´90 (con Goicochea; Baresi…) Y después me acuerdo también que vi una película de Pelé (con Stallone haciendo de arquero!!!! Imperdible, ataja un penal al final de la pely!!): “Escape a la Victoria” se llamaba, era onda un campo de concentración de jugadores que jugaban contra Alemania y se escapan, que se yo… (estaba Ardiles, ahora que me acuerdo también). El Negro hace un gol de chilena con el que ganan. La imagen es en cámara lenta, del lado izquierdo de él; queda así como en el aire, con el sol atrás, dos horas acostado en el aire y después largan la imagen del gol normal desde varios ángulos, tipo esos dibujitos japoneses de fútbol, que nunca miré pero los conozco. Fue emocionante esa pely para mí.




Y después vi “Heroes”. Qué película Heroes…!!! “Maaas, me das cada día maas, aleluuuya por el modo que tieenes de amaaar…” cantaba Valeria Linch con imágenes del Diego.





Y a partir de entonces, cada vez que pasaban algo en la tele de jugadores viejos, rara vez porque no había cable en esa época, me quedaba mirando – “CALLATE!!!!” –, le decía al que estuviera al lado mío. Era como que estaba hipnotizado, tratando de juntar la máxima información en esos pocos minutos para después llevármela a la almohada y procesarla (siempre y cuando no lloviera y me durmiera al toque otra vez). Y los ubicaba en un equipo ideal y en otro y en otros y así sucesivamente. Pero creo que lo peor llegó cuando encontré en una pila de diarios en casa, con olor, unas partes viejas de un diario Tiempo Argentino del ´86 en donde figuraban todos los partidos de los mundiales, con las formaciones de los equipos, los goles, autores de los goles, minutos, cambios, tarjeta roja, tarjeta amarilla, máximo goleador del mundial, figura del mundial, TODO!! Fue como encontrarme guita, UN MONTÓN DE GUITA! Me acuerdo que miré hacia ambos lados, me hice el boludo… me doblé las hojas en la panza abajo de la remera y las guardé en la mesita de luz.

Y nada… al otro día Pan – Queso… Yo no había dormido una mierda. Y después casi diría que a partir de ahí empecé a jugar mal, a cortarme del picado. Ya me había decidido a darle bola a lo otro.

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El Futbolólogo