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-Última parte-



El Barcelona de Mourinho

Hace poco Joan Laporta, ex presidente del Barcelona y gran candidato a ganar las próximas elecciones, almorzó con Jorge Méndez, representante de José Mourinho. En la charla le preguntó por él y por CR7 y la noticia se filtró. Ahora la calle opina que los caminos de The Special One con el club podrían cruzarse por la sensilla ley de que “los que se pelean se aman”.

¿Y si el portugués llegara, qué haría primero? Limpieza: los viejos, los jovencitos inútiles, todos afuera. Se contratarían futbolistas que sepan apreciar su filosofía. Porque Mou es un curso acelerado de fútbol. Enseña rápido como buen profesor de educación física. Así como se dijo que Helenio Herrera había inventado el catenaccio, de él se cree que es el padre del 4-2-3-1. Pero la verdad no es esa, aunque nadie utilizó mejor ambos sistemas.

“Líneas abiertas para atacar; líneas juntas para defender.” Solo eso debe saber el aspirante al Mou-team. Después, que él siempre gana y los jugadores pierden. ¿Otra marca de su repertorio?: que le gusta la testosterona. Nada de petisos, flacuchos ni lentos: sus futbolistas son, ante todo, hombres. Por lo tanto, el 4-2-3-1 de Mou no sería otra cosa que el Barça jugando como Brasil en 2002 (ver post anterior), pero con Mascherano arrancando directamente en el medio. Algo me dice que tanto Jordi Alba como Xavi e Iniesta se irían al banco (y Douglas, Sandro y Sergi Roberto a su casa). El resultado sería este equipo titular, con sus respetivos suplentes:


Bravo
(Ter Stegen)

Alves             Piqué     Mathieu      Adriano
(Montoya)  (Bartra)  (Vermaelen)  (Alba)

Mascherano  Busquets
(Xavi)               (Samper)

Messi                Rakitic            Neymar
(Pedro)             (Rafinha)           (Iniesta)

Suárez
(Munir)


El estilo de Mourinho no tiene nada que ver con el del FC Barcelona. Desde que no están Guardiola ni Vilanova, el público extraña las llegadas al arco rival bien pobladas. Estos otros equipos llegan con menos gente porque juegan al espacio. En última instancia, lo que no se les puede negar es su carácter revulsivo, algo que no tiene la escuadra azulgrana. Se trata de un fútbol diferente dado que el sistema 4-2-3-1 prescinde del toque corto y de las gambetas demasiado largas porque ataca, como se dijo antes, con líneas abiertas. En él Iván Rakitic sería el fusible. A su favor cuenta que, a diferencia de otros que utilizó Mou (como Sjneider, Özil o ahora mismo Fábregas), el croata posee mayores dotes defensivos.

En síntesis, sería bueno para Luis Enrique que incorpore la defensa de tres como variante de juego. Para que no sea un cambio demasiado brusco, se puede arrancar con un líbero (Mascherano) y los cuatro defensores de siempre delante de él. Cuando el equipo ataca, incluso este jugador podría subir hasta el medio, quedando la alineación 4-2-3-1 como lo muestra el cuadro de más arriba. Pero si me dejan, mí me gustaría también hacer un Barça futbolológico.



El Barcelona de El Futbolólogo


Sin dar mucha explicación, mi equipo base jugaría como el de Menotti. Pero en partidos más complicados, como podría ser, supongamos, un Barça-Chelsea en Stanford Bridge, arrancaría así:


Bravo

Mascherano
Piqué               Mathieu
Alves                                           Alba
Busquets
Xavi                      Iniesta

Messi      Neymar
               o Suárez


Y si tengo que volver al sistema 4-3-3 sacaría a Mascherano o a Busquets y pondría un delantero; y si quiero darle más velocidad al equipo, sacaría a Xavi y a Iniesta y pondría a Rakitic y a un delantero (4-2-3-1), pero manteniendo la estructura base de los cuatro defensores y un mediocentro, adelantándola (con la inclusión del líbero) o retrasándola. De lo que se trata, al fin de cuentas, es de poder cambiar el juego en medio del partido sin alterar mucho la formación.

Esta es, a mi modo de ver, la mejor manera de encajar el viejo sistema con las nuevas piezas que ha incorporado el club. De todas maneras, el desafío sigue siendo de Luis Enrique. Luego de las fiestas se verá si da la talla o no para dirigir a un grande. Ojalá tenga suerte.


El Futbolólogo
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-Segunda parte-


El Barcelona de Bilardo

En el post anterior comentamos las dificultades que tenía el actual Barcelona y la primera propuesta fue armar un equipo menottista en vías de solucionarle a Luis Enrique el problema del once titular. El resultado fue un 4-3-3 de gala con una pequeña modificación en la posición de Messi, al que retrasamos para que entrase al área tirando paredes con sus compañeros, como lo hacía Kempes en el Mundial-78. Ahora lo que hacemos es pasarnos a la vereda de enfrente, ofreciendo un equipo más espeso y menos espectacular, pero muy solvente.
A Bilardo siempre se le criticó su costumbre de estudiar a los rivales con la minuciosidad de quien descifra fórmulas secretas. El hecho de que utilizara artimañas feas (ponerle droga a la bebida de un contrario, mandar a un defensor –Julián Camino- a lesionar a un rival –Franco Navarro) son puntos negativos de un prontuario extenso como entrenador. Por ello imaginar un Barça con su sello sería prácticamente imposible.

Pero cuidado, porque sus puntos a favor son justamente lo que necesita el conjunto blaugrana hoy: resolver los problemas defensivos cuando toca un rival de categoría; hacer que Messi vuelva a ser el número uno indiscutido. En sus treinta y pico de años como entrenador, Bilardo solo ganó dos títulos: el Campeonato Metropolitano del ´82 con Estudiantes de La Plata y la Copa Mundial de México-86. En la última, como todos saben, consiguió que endiosaran a Maradona. Por lo tanto ¿no estaría bueno armarle un equipo a Messi como fue la Argentina de Diego?

Siempre se ha dicho que a esa selección albiceleste era muy difícil hacerle un gol. Y no es que justamente utilizara muchos defensores. De hecho solo usaba tres. Pero lo que sí poblaba mucho era el mediocampo, rodeando a Maradona de asistidores varios. El funcionamiento colectivo asemejaba a cuando en el fútbol americano el mariscal de campo se escapa solo; entonces todos sus compañeros lo escudan para que nadie logre taclearlo. De la misma manera, cuando Maradona agarraba la pelota, automáticamente cada jugador hacía su papel para que el funcionamiento se pusiera en marcha.

La Argentina de Bilardo jugaba con un líbero (José Luís Brown), que adelantaba la línea defensiva y aseguraba el juego aéreo, y un delantero centro (Valdano) que bajaba para apoyar a los volantes. La defensa se completaba con dos stoppers, uno más fuerte, marcando al primer punta (Ruggeri) y otro más ligero (Cucciuffo) marcando al segunda punta. En el medio, un lateral-volante (Julio Olarticoechea), otro central (Batista) y un tercer volante encargado de hacer de “hombre invisible” (Giusti), apareciendo solamente para los foules tácticos y para servir de referencia. Él tenía que llevar el peso de cuidar la equidistancia entre Brown y Valdano para que el campo no se hiciera largo y el rival pudiera encontrar los espacios. Este jugador, que casi no usaba los pies, era el más concentrado de los 11 junto con el líbero, ya que prácticamente todo el mecanismo defensivo se estructuraba en ellos. Delante suyo, un enganche (Burruchaga) y un pasador de apoyo (Enrique) aportaban para que Diego la rompiera junto con Valdano. 

El Barcelona tiene varios de los futbolistas que este planteo táctico requiere, pero de momento me sobra un lateral y un delantero. Aunque fue difícil elegir, creo que estos serían los titulares adecuados:

Pumpido
(Bravo)

Brown
(Piqué)
Cucciuffo             Ruggeri
(Bartra)        
      (Mathieu)

  Giusti            Batista      Olart´chea 
(Mascherano)(Busquets)       (Alba) 
      Enrique     Maradona     Burruchaga
    (Xavi)        (Messi)     (Iniesta)    
                      
     Valdano   
    (Suárez)


Pero como al barcelonismo le gusta jugar con tres puntas y dos laterales, vamos a completar este sistema al modo en que lo jugó Brasil en el Mundial de Corea y Japón 2002, con Cafú y Roberto Carlos en las bandas y la “triple R” (Rivaldo-Ronaldo-Ronaldinho) bien arriba. Así nos quedaría el equipo:

Marcos
(Bravo)

Lúcio
(Mascherano)
Roque Jr               Edmilson
(Piqué)                 (Mathieu)
Cafú                G. Silva           R. Carlos
(Alves)          (Busquets)           (Alba)

Kleberson
(Rakitic)

Rivaldo           Ronaldo    Ronaldinho
(Suárez)         (Messi)     (Neymar)

La inclusión de Ivan Rakitic sería en este caso una novedad, pero no es excluyente. Puede jugar en esa posición cualquier volante, dado que el armado del juego es más una tarea de los de arriba, apoyados desde las bandas por los carrileros. La transición defensiva es fácil porque se trata de una defensa de cuatro adelantada, más un líbero y un mediocentro que se pueden juntar en cualquier momento en la mitad de la cancha. Si el control de la pelota necesita de un dispositivo más poblado en esa zona, se le da descanso a un delantero, incorporando otro volante, pero manteniendo las bandas para el uso de los laterales-volante.
Creo que ahora se nos hace más claro que el panorama del Barcelona de Luís Enrique no es tan negro como parece. En la próxima, el Barça de Mou y las conclusiones.




El Futbolólogo

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“No importa cómo empieza sino cómo acaba.” La frase es más vieja que el pan. Y si no pregúntenle a Martino, que arrancó bárbaro su único año en el Barcelona y lo terminó fatal. Al argentino solo le ficharon a Neymar cuando lo que necesitaba era defensores. Después se las tuvo que arreglar con Messi y sus amigos totalmente volcados a cuidarse para el Mundial, con Valdés lesionado, con Puyol retirado... Luis Enrique, por el contrario, no puede quejarse de refuerzos. El club le consiguió muchos, empujado por una sanción de la FIFA a la que todavía recurre. Entre medio de los paquetes venía la última Bota de Oro, Luís Suárez. Pero Lucho no da con la tecla, experimenta. Probó 22 alineaciones distintas en los 22 partidos de su era. La prensa nacional y local lo está matando, dicen que no sabe nada de fútbol. Sin embargo, el Barcelona está segundo en la Liga BBVA, acabó primero en el grupo F de la Champions y eliminó al Huesca de la Copa del Rey ¿Qué le falta entonces? Juego, y mucho, y también que haya un once titular. No se mantiene lo viejo ni se crea una nueva identidad. Hay temor de que el asturiano vuele junto con la directiva.

Pero como acá no venimos a hacer lo mismo que otros (criticar sin fundamentos), los invito a hacer una comparativa histórica, como si a este Barcelona lo dirigiera otro entrenador. De todo esto al final se sacará una conclusión futbolológica. El que no tenga otra cosa que hacer, que siga leyendo.



El Barcelona de Menotti

¿Cómo sería un Barça del Flaco Menotti? Muy reconocible: 4-3-3 clásico, fútbol vertical y ofensivo, estrellas comprometidas con el colectivo. Lo dirigió en la temporada ´83-84, donde ganó la Copa del Rey, la de Liga y la Supercopa de España. Allí arribó tras dejar a la selección argentina campeona del Mundial-78 y del Juvenil-79. Cinco títulos y un campeonato con Huracán en el ´73, poco para un técnico que fumó durante casi cuarenta años por los banquillos del mundo. Es que Menotti apostaba por el espectáculo antes que por el resultado. Sus equipos eran de memoria, se recitaban del 1 al 11, cosa que no contentaba a todos, lógicamente. Tanto fue así que en el Mundial-82 utilizó prácticamente a los mismo titulares del 78, con Maradona y Ramón Días por Ortiz y Luque como únicos recambios. De él voy a tomar la versión del Mundial de Argentina, donde se consagró. Aquel equipo iba al frente (algo que no se le puede criticar a Lucho), pero tenía un problema con el 10, que solucionó retrasando a Kempes a la posición de mediapunta. Así quedaba una defensa de cuatro, con laterales e incluso un líbero que se mandaba al ataque (Passarella), un volante tapón (Gallego) encargado de hacerle el relevo a todos los de atrás, un medicampista bien asociativo (Osvaldo Ardiles), tres delanteros en punta (Bertoni, Luque y Ortiz) y Kempes rompiendo desde atrás. En este Barcelona menottista saldrían a la cancha solamente los referentes del club. Tácticamente solo habría que retrasar a Messi para que haga de Matador, por la derecha o por la izquierda, como más le guste al lector. El dibujo sería más o menos el siguiente:

Fillol
(Bravo)

Olguín      Galván   Passarella   Tarantini
(Alves)  (Mascherano)  (Piqué)      (Alba)

Ardiles        Gallego    Kempes
(Xavi)    (Busquets)    (Messi)

Bertoni      Luque         Ortiz
(Neymar)  (Suárez) (Iniesta)
 
Pedro podría alternar con Iniesta, que cambiaría su lugar con Neymar. En definitiva es el que más se parece a Bertoni (wing con gol). En el partido contra el PSG Lucho hizo jugar a Pedro en el mediocampo ¡Sacando a cuatro delanteros en el Camp Nou! En todo caso no se trataría de posiciones sino de roles nuevos, porque en el fútbol la movilidad es indispensable. Otro tema es cómo defendería un equipo tan agresivo. El Flaco lo simplificaba haciendo correr a los delanteros detrás de la línea de la pelota. Nada de pressing a los defensores contrarios ni cosas que cansen: sus equipos retrocedían y esperaban, como hace el Madrid de Ancelotti, que ya suma 20 victorias. En la zona de definición, los tres de arriba le barrerían las marcas a Messi, que ya sabemos lo que es capaz de hacer si entra al área con espacios y la pelota cocida al pie.

En la próxima vamos con el Barça de Bilardo, a ver que sale.


El Futbolólogo