Adiós al Gladiador
CARLES PUYOL


El fútbol se queda en pelotas. Y la frase suena grosera, horrible, pero es así. Se le va el corazón y el alma. Se le va William Wallace.

La conferencia de prensa de despedida de Puyol fue tan contundente como cada entrada que le metía a los rivales, como ese cabezazo a Alemania en Sudáfrica 2010. Nunca les conté la historia de aquel gol. Como algunos sabrán, soy repartidor de pizzas y me dolía mucho estar trabajando el mismo día en que se jugaba la semifinal del Mundial. Iba con mi moto por las calles Entença y Provença, justo en la Esquina de Cárcel Modelo de Barcelona, cuando escuché el grito desaforado del gol de Puyi. Entonces me acerqué en contramano a un bar que hoy no puedo recordar. Y desde la vereda, con el casco puesto, vi la repetición de aquel vuelo inolvidable, del golpeo de esa bola de demolición. Tengo ese recuerdo y también otro, el de un parroquiano que comentaba eufórico, apoyado en la barra, que había marcado ese gol: “A lo Migueli”.

Tarzán Migueli fue, hasta la llegada de Carles Puyol, el central más grande que tuvo el FC Barcelona. Oriundo de Ceuta, tenía un pecho de superhéroe, estatura, bigotazo y carne como para cien caníbales. En partidos caballerescos o salvajes era el patrón y si había tangana, como en la final de Copa del ´84 contra el Athletic de Bilbao, aparecía, metía dos patadas voladoras y se terminaba el asunto. Se fue siendo ídolo y el jugador con más partidos en el club hasta que lo superó Xavi. Por antonomasia, el apodo de Tarzán lo heredó el que ahora se despide.

Tengo también otro recuerdo, el de un relator de ESPN Latinoamérica llamado Luís Omar Tapia. Me acuerdo de su voz y de la frase que decía después de cada saque inicial: “¡Ha comenzado el deporte más hermoso del mundo!”. A él le escuché por primera vez nombrar a este tal Carles, patronímico nuevo para mí. Yo no supe hasta que vine a vivir a Barcelona que Carles era Carlos en catalán. Pero dicho por Tapia sonaba más bonito y no te querías perder ni una jugada suya. Encima ponía tanto empeño ese chico paticorto que subía y bajaba por el lateral... Llegaba a todas dando diez pasos más que los demás. Tenía la garra de Maldini, el pundonor de Beckenbauer, la concentración de Baresi. Lo veías y sabías que iba a ser un grande.

Quizás Carles Puyol sea el único defensor al que le seguí la carrera de principio a fin, desde Argentina a Cataluña. El único caudillo del fondo que pude ver en una cancha. Hablar de sus títulos es estúpido, ganó lo mismo o más que los que ya nombré. Sus características técnicas o tácticas tampoco me motivan mucho a escribir. Lo mejor para mí de él fue su entrega y su caballerosidad. Honró a este deporte hasta el punto de decidirse a rescindir un contrato para no molestar al club ni al equipo. La noticia me llenó de tristeza, pero es ley de vida, como dicen, aunque mi problema siga siendo que me niego a creer que los ídolos algún día se van. 

Este video es un homenaje al crack, a la figura y también al hombre, al deportista de verdad, al futbolista que siguió hasta el final el mandamiento primero que dice: la pelota no se mancha.




Para los lectores vía teléfono o tablet, este es el linck para verlo: https://www.youtube.com/watch?v=s7C_wvWcPHQ





El Futbolólogo