Verón-Verón
NOCHE DE BRUJAS


Hace más de cuarenta años un equipo argentino llegaba por segunda vez a la final de la Copa Libertadores. Se llamaba Estudiantes de la Plata y venía de batir en la semi al anterior campeón del torneo, el Racing club de Avellaneda. Era el año 1968 y entonces debieron jugar un partido de desempate, ya que Racing había ganado 2-0 en casa y perdido 3-0 fuera de ella. En el susodicho encuentro igualaron 1-1 y Estudiantes pasó a la final por un gol de diferencia.
Para el equipo jugaba un wing izquierdo temible, llamado Juan Ramón Verón, una especie de Caniggia pero con más gol. El suyo fue el que le dio a Estudiantes el pasaje a la final, en la que enfrentaron al Palmeiras de Brasil. La historia se volvió a repetir y otra vez hubo que jugar partido de desempate. Fue el 16 de mayo, en el Estadio Centenario de Montevideo. Verón clavó el 2-0 que consagró campeón a Estudiantes.
A este equipo lo dirigía Osvaldo Zubeldía, un técnico revolucionario que llegaba al club luego de fracasar con la selección argentina y de publicar en 1965, junto con Argentino Geronazzo, el libro “Táctica y estrategia del fútbol”. El maestro armó un grupo desbordante de coraje, temple y sacrificio y con una inteligencia suprema para manejar los partidos. Jugaron la Intercontinental contra el Manchester United de Bobby Charlton, Denis Law y George Best y les ganaron 1-0 en cancha de Boca. Viajaron a Old Trafford y consiguieron un empate 1-1. El autor del gol de visitante no pudo ser otro que el mismísimo Verón. En el mítico estadio aún cuelga el banderín que lo recuerda con su canción respectiva: "Si ve una Bruja montada en una escoba, ese es Verón, Verón, Verón que está de joda". El homenaje no era para menos: ese plantel terminó siendo el único (salvo el dueño de casa) que logró ganar un título en aquel estadio.
Ganaron las dos Libertadores siguientes, la del ´69 jugando la final contra Nacional de Montevideo y la del ´70 contra Peñarol; pero cayeron frente a sus rivales europeos -el Milan italiano y el Feyenoord de Holanda- por la Intercontinental. La base del equipo la conformaban Poletti; Togneri, Aguirre Suárez, Madero, Malbernat; Pachamé, Bilardo y Flores; Ribaudo, Conigliaro y Verón. En el 71, Nacional se desquitó de la final perdida dos años antes y cortó la racha del "León" platense. Luego de esa campaña, el equipo cayó en una debacle que casi lo llevó al descenso. Más tarde Zubeldía se fue a dirigir a Velez Sarfield y quedó como técnico interino su mediocampista y lugarteniente Carlos Salvador Bilardo.
La estrella del equipo, Juan Ramón Verón, fue transferido al Panathinaikos FC de Grecia en el 72. Allí jugó hasta su retorno en 1975. Ese mismo año, más precisamente el 9 de marzo, nació su hijo Juan Sebastián, justo cuando se disputaba el clásico número 87 contra Gimnasia y Esgrima de La Plata. La historia cuenta que el técnico Bilardo no le comunicó del nacimiento hasta la finalización del partido, para no perjudicar su concentración, y que la Bruja marcó el gol de la victoria. Al finalizar el encuentro le dieron la grata noticia. El nene trajo un segundo puesto en el Nacional bajo el brazo -detrás de River- con el que otra vez accedieron a la Libertadores.
Pero fueron eliminados en la primera ronda. Entonces Bilardo y Verón, últimos baluartes del tricampeón de América, emigraron fuera del país hasta retornar ni bien entrada la década del ochenta. La Bruja se retiró en el 82 y El Narigón, por su parte, volvió a hacerse cargo de la escuadra logrando dos títulos: el Metropolitano de ese año y el Nacional´83. Jugaron su sexta Libertadores y llegaron a semifinales. En aquel entonces, éstas se definían dentro de un grupo de tres equipos y a Estudiantes le tocó enfrentar al Gremio de Porto Alegre y al América de Cali. El plantel contaba con figuras de la talla de Alejandro Sabella, Miguel Ángel Russo, los futuro campeones del mundo José Luis Brown y Marcelo Trobbiani, el romperedes Hugo Gottardi y el “Bocha” José Daniel Ponce. Contra Gremio jugaron uno de los partidos más emotivos de su historia. Tras ir en desventaja por 3-1 y jugando con cuatro menos por las expulsiones de Ponce, Trobbiani, Julián Camino y Hugo Tévez, lograron empatar 3-3 con un agónico gol de Miguel Ángel Russo. A la semana siguiente se disputó el último partido, contra el América. Si ganaban llegaban a la final, pero salieron 0-0 y... paso Gremio.
El 24 de abril de 1994 por fin debutó Juan Sebastián Verón, justo el año en que a Estudiantes le tocó el descenso. Martín Palermo, Cascini y Calderón lo acompañaban en el equipo. Sin embargo, arrasaron en el Nacional B y cinco fechas antes de que finalizara el torneo ya habían recuperado la categoría. Boca compró a "la Brujita" un año más tarde a pedido de Bilardo, DT xeneixe en aquel entonces, y el chico se dio el gusto de jugar al lado de su ídolo Diego Armando Maradona. A los 21 años fue transferido a la Sampdoria de Italia y desde entonces su escoba no paró de volar. Pasó por el Parma, la SS Lazio, el Manchester United, el Chelsea y, por último, el Inter de Milán. En sus mejores tiempos marcaba la diferencia como 8 armador, por su tranco largo característico, un pase de cuarenta metros de alta precisión y la cachetada que le daba a la pelota en remates a quema-ropas desde larga distancia. Fueron diez años y diez títulos, nada menos, entre ligas y copas, hasta retornar a la Argentina, a su viejo y querido Estudiantes.
Su padre lo ayudó a decidirse, haciendo públicos sus deseos en los medios de prensa de la ciudad. Cuando llegó, a mediados del 2006, lo recibieron 7.000 personas. Se había quedado afuera del Mundial de Alemania, pero aún le quedaban ganas de demostrar que él también era un grande del fútbol argentino. Apenas se cruzaron con el clasico rival, Gimnasia y Esgrima de La Plata, les ganaron 7-0. Luego obtuvieron el Apertura 2006/07 y llegaron a octavos en la Libertadores y a la final de la Sudamericana en 2008. Ese año Verón hijo fue elegido Mejor Jugador Sudamericano y al poco tiempo recuperó la titularidad en la selección, de la mano del "Coco" Basile. En la actualidad forma parte integral del equipo en el ciclo Maradona.
Pero el gran sueño de los Verón es ganar la Libertadores esta misma noche. Hoy las Brujas de todo el mundo se juntan para darle una mano a Estudiantes. El déjà vu existe: después de casi cuarenta años, como dijimos al principio, hay que desempatar fuera de casa y frente a un rival brasileño, el Cruzeiro de Belo Horizonte, un equipo muy ordenado tácticamente pero que no tiene suerte en el arco rival. En La Plata salieron 0-0 y llegó la hora de dejarlo todo en el Mineirão. Como cábala, Verón hijo sale con la 11 en la espalda, la de su papá Juan Ramón.
Son muchos ingredientes para una noche mágica, noche de Brujas. Bilardo, Russo, Pachamé, "el Tata" Brown y hasta el propio Zubeldía, desde el cielo, le darán fuerzas a este equipo para conseguir la remontada. El espíritu platense es así, cree en estas cosas. Una vez más, y como siempre, el hechizo es posible.
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Fuentes: !Taringa, Revista el Gráfico, Wikipedia.
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El futbolólogo