Carlos Tévez
Como Pelé o como Raúl

Que Carlos Tévez se queda afuera de Brasil 2014 por ahora es una apuesta segura. Y creerlo cuesta. Sin discutir la delantera titular que hoy tiene Argentina, el Apache sería por varias cabezas mejor suplente que muchos de los delanteros convocados, Lavezzi y Rodrigo Palacios aparte. Es tan completo que puede ser punta, mediapunta, wing izquierdo o derecho.

Pero más allá de las cuestiones tácticas, Tévez es pueblo, lo poco que queda de un espíritu maradoniano sin filtro dentro y fuera de la cancha. Si bien le brindó más tiempo a los clubes extranjeros que a los argentinos, su personalidad sigue siendo el guión para los chicos que vienen desde abajo (o desde muy abajo). Su imagen es política, hasta el punto de que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, es el máximo vocero de su convocatoria para la selección.

Pero hay una realidad: que Tévez es una piedra en el zapato del técnico Sabella. Digamos que el problema de llevarlo a Brasil es el de llevar a un jugador que no se banca el banco, valga la redundancia. No es la primera vez que esto pasa en la historia del fútbol, por eso el título. Pelé en 1970 y Raúl en 2008 son dos ejemplos, con distintos resultados, que me sirven para explicar el caso de Carlitos.

Tévez como Pelé

A comienzos de 1970, Edson Arantes do Nacimento, el mismísimo Pelé, no era tenido en cuenta por el técnico Saldanha, un entrenador con fuertes valores de izquierda en tiempos de la dictadura militar derechista de Emílio Garrastazu Médici. No había un motivo concreto para desafectarlo del equipo. Pelé no era viejo, tenía 29 años y meses antes había alcanzado los tres dígitos como goleador. Podemos sospechar entonces que la distancia entre ambos personajes era política, nada más, sobre todo por lo que ocurrió a la vuelta del Mundial que Brasil acabó ganando en México. O Rey subió al palco a saludar al dictador con una efusividad que causó vergüenza ajena a sus compañeros. Incluso adelantó al capitán Carlos Alberto. En un gesto muy típico suyo (del estilo: “Acá te traigo la Copa”), el 10 agradeció al presidente su mano para torcer la tozudez del antiguo DT, quién llegó incluso a argumentar que no llamaba a Pelé porque: “veía poco” (¿¡!?)

Al final, como era de esperarse, el tema acabó mal para Saldanha que fue despedido meses antes de jugarse la competición. Mario Zagallo, bicampeón del Mundo junto con Pelé, una persona mucho más conciliadora y sensata, armó un cuadro con todos los jugadores del anterior equipo e incluyó los nombres que bajaban directamente del gobierno, como pasó con Darío Maravilla, otro caso igual. Todos estuvieron de acuerdo y en paz dirigieron sus esfuerzos a preparar el Mundial de México, que ganarían finalmente con la mejor delantera que jamás se haya visto en un equipo de fútbol.

Gérson, Tostao, Jairzinho, Pelé y Rivelino, cinco números 10, cinco manijas, como dicen en Brasil. De ellos el único que no era mediapunta era Gérson, más volante, un cerebro puro. Tostao contagiaba a todos con su garra (quizás el delantero que más se parecía a Tévez). Jairzinho, O Furacao (El Huracán), era un wing derecho con mucho gol, al punto de ser el máximo anotador del equipo. Rivelino era la magia mezclada con la osadía, el ídolo de Maradona, según contó el propio Diego, que quedó alucinado cuando lo vio por primera vez a los diez años. 

En ese quipo Pelé fue fundamental en su papel de armador-goleador. Su ego estaba inmaculado. La polémica y tardía convocatoria le ayudó a él y al equipo hasta tal punto de que nunca se lo vio dar tantas asistencias como en aquel Mundial: pase corto a Rivelino para su gol de tiro libre y otro largo a Jairzinho antes de su gambeta contra los checos; de nuevo asistencia a éste último en el único gol que recibió Inglaterra; pase-gol a Tostao contra Perú y a Rivelino frente a Uruguay; asistencia de cabeza a Jairzinho en la final y el último, el mejor pase, para Carlos Alberto en ese gol mítico a Italia donde todos tocaron.

Pelé se inmortalizó a sí mismo en el primer Mundial transmitido a color en directo. Conquistó su propio tricampeonato dando la versión más solidaria, no solitaria. ¿Por qué no podemos imaginar a Tévez en esa faceta? A esta Argentina, como a aquel Brasil del ´70, le sobran delanteros. El equipo de Zagallo tampoco tenía buen arquero ni defensa: marcó 19 goles y recibió 7 (3 a 1 por partido de promedio). El contragolpe era su mejor arma. Pelé marcó 4 goles en México y dio 7 asistencias. Si Tévez se animara a la humildad podría hacer eso y mucho más.

Tévez como Raúl

Raúl González Blanco fue hasta quedar afuera de la Euro-2008 el máximo goleador de la selección española. Su gran competidor en el puesto era David Villa, delantero que finalmente lo superó como artillero histórico de La Roja. El juego de ambos era parecido: definidores natos, Raúl con más cabezazo, Villa con más movilidad. Los dos se desempeñaban como segunda punta detrás de un ariete (nombre que en España se le da al centrodelantero). En el Mundial de Alemania 2006, Villa se salió con una actuación fenomenal y para el técnico Luís Aragonés empezaron los problemas, especialmente cuando decidió prescindir de Raúl como titular en algunos encuentros del certamen.

Por empezar, en el primero (goleada a Ucrania). En el segundo ante Túnez, entró en el suplemento y desatascó el partido marcando y celebrando su gol con los antiguos del equipo (Cañizares y Salgado) para dar polémica. En el tercero, con España ya clasificada a octavos, jugó con los suplentes y ganaron ajustadamente a Arabia Saudita, la cenicienta del grupo. Luego tocó Francia y Raúl salió de titular y capitán. Pero el equipo cayó y la discusión se terminó ¿Que cuál fue título de la película?: Luis y Raúl no van.

El entrenador dijo que renunciaba pero siguió y el equipo preparó las eliminatorias para la Eurocopa de 2008. Jugaron contra Liechtenstein el primer partido y lo ganaron cómodamente. Luis Aragonés les dio el domingo libre a los jugadores hasta las nueve de la noche, pero algunos llegaron pasadas las doce. Raúl se quejó. El lunes sería el jugador el que se quedara tomando una cerveza después de comer con su amigo Míchel Salgado en la barra del hotel. Entonces el preparador físico les pidió a ambos que subieran a dormir y Raúl hizo llamar a Luis, al que le reclamó que aclarara de una vez el tema de los horarios. La charla se dio al otro día y hubo mal rollo. Luego el equipo viajó a Belfast, donde perdió 3-2 contra Irlanda. Al regresar el entrenador hizo pernoctar a todos en un hotel de Madrid, incluido a los madrileños, para que no haya diferencias. Raúl le pidió que lo dejara irse a dormir a su casa y Luis le contestó: “vaya tranquilo”. Y nunca más lo llamó.

Aragonés había ido a Alemania con cierta idea del equipo que debió alterar por la presión de tener que meter a Raúl de titular, algo parecido a lo que le pasó a Maradona con Tévez en Sudáfrica 2010. Carlitos siempre rindió mucho en los entrenamientos, a tal punto que hasta José Pékerman lo tuvo que meter sí o sí en un partido clave (Argentina-Alemania del Mundial 2006) prescindiendo de Saviola, que estaba jugando bárbaro detrás de Crespo. Con Maradona, Tévez le ganó el pulso al Kun Agüero, el mejor socio de Messi arriba. El resultado fue que a la hora de enfrentar a equipos grandes, como fue el caso de Alemania, Argentina jugó a los autitos chocadores con los rivales, atacando con gambetas estériles y sin asociarse. Finalmente, para cerrar el tema de esta comparativa del Apache con el Ángel de Madrid, vale decir que cuando Aragonés decidió prescindir de Raúl e imponer su estilo, España comenzó un ciclo de victorias sin precedentes.

Conclusiones:

Para mí lo mejor sería ver a un Tévez como Pelé y no como Raúl porque de esa manera ganaríamos todos. Claro que eso depende pura y exclusivamente de él. Por ahora todos sabemos que Sabella está siguiendo los pasos de Luis Aragonés, sino no se explicaría esta exclusión de Carlitos y la permanencia de nombres como el de Romero en la lista, arquero que ni juega en su club. Respeto abiertamente la idea del entrenador de priorizar el grupo al equipo. Lo único malo que veo en todo esto es que parece ser que es la victoria o la derrota de los ideales la que está prevaleciendo por encima de los planes deportivos.


Fuentes:

Alfredo Relaño: 366 historias del fútbol mundial que deberías saber"- Ediciones Planeta; Madrid (2010).

Canchallena: "A Carlos Tévez se lo devoró el jugador del pueblo" de Cristian Grosso:  http://canchallena.lanacion.com.ar/1661127-a-carlos-tevez-se-lo-devoro-el-jugador-del-pueblo


El Futbolólogo