Final UEFA Champions League 1999:
LA MEJOR FINAL


Nada mejor para despedir un siglo que una buen partido y, en consecuencia, nada mejor que el fútbol como deporte elegido. Aquel 26 de mayo de 1999 todo el mundo se colgó de la transmisión codificada, de la naciente Internet, de las enclenques antenas "parrilla" para disfrutar de la definición más importante de clubes del viejo continente: la final de la UEFA Champions League. El torneo, que antiguamente se llamaba Copa de Europa, nació en 1954 por un malentendido cuando los británicos del Wolves derrotaran al Spartak de Moscú y al Honved húngaro en su propio campo. Entonces el mánager del equipo, Stan Cullis, declaró en el Daily Mirror que su equipo era el "Campeón de Europa". Las repercusiones llegaron hasta la oficina de Gabriel Hanot, director del diario L´Équipe, quien les mandó a decir que como mucho eran los campeones de Europa "en su propia cancha". Poco después el propio Hanot acompañado por su colega Jacques Ferran y por Santiago Bernabeu, del Real Madrid, promovieron la organización de un torneo con todos los campeones de 16 países.* En 1992, aquella famosa Copa de Europa que tantos honores les había dado a los grandes clubes del continente, pasó a llamarse Liga de Campeones de la UEFA acorde con el nuevo formato de la competición. La pequeña liga, compuesta de cuatro equipos enfrentados todos contra todos, clasificaba al primero y al segundo de la tabla para disputar la siguiente ronda. Paradójicamente, de uno de los grupos de la edición 98/99 clasificaron los dos protagonistas de este inolvidable encuentro.

Sí, porque antes de aquel 26 de mayo del último año del siglo, el Manchester United y el Bayern de Múnich se habían visto las caras en el Grupo D, que compartían con los daneses del Brøndby y con el Barcelona. En ambos partidos consiguieron un empate: 2-2 en el Olímpico de Múnich y 1-1 en Old Trafford. El Bayern clasificó primero tras ganar todos sus encuentros, excepto el del debut ante el Brøndby (derrota por 1-2), en tanto que el Manchester se quedó con el segundo puesto, a pesar del invicto, por haber empatado en sus dos presentaciones contra el Barça. De camino a la final, los bávaros eliminaron a sus paisanos del 1.FC Kaiserlauten en cuartos y al Dínamo de Kiev en una durísima semifinal. Por la otra llave, los “Diablos Rojos” dejaron atrás al Inter y a la Juventus en ese orden. Para la cita consagratoria, el Camp Nou de Barcelona albergó a más de 90.000 almas. Las brillantes cabezas rubias de los capitanes Peter Schmeichel, del United, y Oliver Khan, del Bayern, hacían juego con la no menos brillante peladita de Pierluiggi Collina, el famoso árbitro italiano. Los dos equipos llegaban con posibilidades de conseguir el Trébol: Copa, Liga y Champions, ya que ambos eran campeones de liga y el Manchester ya había ganado la FA Cup (los muniqueses eran finalista de la DFB Pokal, que ganarían luego). En el Bayern, Lothar Matthaüs buscaba despedirse del fútbol levantando la "orejona" de la Champions, el único título que le faltaba, mientras que el United sentía las ausencias de su gran ídolo Roy Keane y del extraordinario Paul Scholes, ambos suspendidos por acumulación de tarjetas.
Hechos los saludos y las fotos correspondientes, la pantalla color del estadio publicó las alineaciones. El Manchester salió con un 4-4-2 tradicional, con Peter Schmeichel en el arco; Gary Neville, Jaap Stam, Ronny Johnsen y Denis Irwin en defensa; Ryan Giggs, Nicky Butt, David Beckham y Jesper Blomqvist en el centro, mas los atacantes Andy Cole y Dwigth Yorke. Los de Múnich, por su parte, presentaron un sofisticado 1-4-2-3, con Khan en la meta; Matthaüs (un extraordinario estratega devenido en líbero), Babbel, Kuffour (único internacional del equipo, ghanés el hombre), Linke y Tarnat en defensa; los dúctiles medio centros Stefan Effemberg y Jens Jeremies; los imparables Basler y Zickler como extremos y el gigante Jancker (1,93 m.) en punta.
A las 20:45 sacaron los Diablos Rojos, con camiseta esponsorizada por Sharp, sin imaginar lo que se les vendría. El trámite del partido se desniveló ya desde el comienzo cuando "Super-Mario" Basler conectó un tiro libre a los 6 minutos de iniciado el cotejo. La jugada preparada tuvo a Markus Babbel y a Jancker como cómplices, encargados de abrir una barrera de ocho hombres del United. El certero pelotazo dio abajo, sobre el palo izquierdo de Schmeichel, que desconcertado no pudo hacer más que putear a sus colegas en perfecto inglés.



Lo que siguió hasta el descanso no hizo más que evidenciar la tremenda falta que le hacían Paul Scholes y Roy Keane al Manchester. Con Beckham en el doble pivote, el equipo perdía garra para recuperar, justo lo que le sobraba a Effemberg y a Jeremies en el cuadro alemán. No obstante, el juego directo de los Diablos Rojos le permitió a Andy Cole lucirse con dos remates que Kahn detuvo sin problemas, mientras que en el otro arco Jancker padeció un asfixiante marcaje del holandés Jaap Stam. Así dadas las cosas, el Bayern se fue tranquilo a los vestuarios, con la mínima ventaja y la sensación de tenerlo todo bien atado.

Pero entonces ¿qué decir del segundo tiempo en el que los alemanes literalmente bailaron a sus rivales? En busca de la paridad, Alex Fergunson cambió su 4-4-2 por un 4-3-3 sustituyendo al volante sueco Jesper Blomqvist por el delantero Sheringham (min. 67) y a Andy Cole por el noruego Ole Solskjaer (min. 81). La desproporción se notó más aún en la línea media al quedar solo Niki Butt como recuperador, flanqueado por Beckham y Giggs, jugadores mucho más técnicos que defensivos. Ottmar Hitzfeld, DT del Bayern, que ya conocía el sabor de la Champions tras haberla obtenido con el Borussia Dortmund (1997), entendió a la perfección que el Manchester estaba decidido a jugar directo y al pelotazo, y por ello decidió refrescar piezas para el contragolpe. Este fue el caso de Mehmet Scholl, sustituto de Zickler en la banda izquierda a los 71 minutos. Entre él y Basler volvieron locos a Butt, a toda la defensa y al arquero Schmeichel, providencial en dos atajadas a Effemberg y al propio Scholls, y mero espectador del pelotazo que este último clavó en su palo derecho. Para completar la faena, el gigante Jancker, que había tocado pocos balones durante el partido, reventó de chilena el travesaño a los 84 minutos.



Los videos hasta aquí presentados pertenecen a las cadenas británica Sky y la estadounidense ESPN. Son los únicos dos videos que conseguí descargar de la red. El partido que yo había visto hace trece años se transmitió en Argentina por la segunda emisora con relatos de José Omar Tapia y comentarios de Mario Kempes. La sensación que todavía recuerdo es la de que no podía ni ir al baño por miedo a que pasara algo que cambiara el trámite del partido. El Bayern estaba dándolo todo por meter otro gol y no tenía suerte; el United no hacía menos por llevarse el premio, pero daba la impresión que no podía con el rival, con su esquema defensivo tan perfeccionado, un telón de acero al que solo se podía acceder por obra del juego abierto de manual de los británicos. En esas circunstancias, todo lo que se esperaba era que el Bayern se consagrara justo ganador de la última Champions del siglo, eternizando el logro con la foto del primer entrenador bicampeón Ottmar Hitzfield y su lugarteniente Lothar Matthaüs, uno a cada lado levantando la copa. Sin embargo, para sorpresa del lector esto no fue así.

Con los años mi sorpresa se renovó cuando vi la segunda emisión, la de Sky. Aún conociendo el resultado, me llamó mucho la atención la confianza casi premonitoria del relator cuando dijo antes del córner: -"Mánchester United puede anotar ¡siempre lo hace!"-. Es cierto que no era la primera vez los de Fergunson marcaban sobre la hora. Lo habían hecho de camino a la final de la FA Cup. Además, Schmeichel solía anotar goles así cuando jugaba en el Aston Villa y también hizo alguno que otro por el United. Por eso la derecha de Beckham buscó primero que nadie al "Gran danés", que estaba creando con su sola presencia en el área un elemento distractor y una diferencia de 11 contra 10 en las marcas. Schmeichel no llegó pero Sheringham, después de una serie de rebotes, dio el tanto de la supervivencia en el minuto 91.
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En el segundo córner (min. 93), otra vez el oráculo del relator: -"Este es el año... este es el momento..."- ¿Tanta confianza le tenía a los centros de Beckham? ¿o era que el "triplete" no se podía escapar? Años después supe la verdadera razón: aquel 26 de mayo era una fecha más que importante para toda la comunidad mancuniana: Matt Busby, el mítico entrenador sobreviviente a la tragedia de 1958, que consiguiera la última Copa de Europa para los Diablos Rojos una década después, cumplía ese día 90 años. Fallecido hacía cinco, Sir Matt y sus "Babys" (los ex jugadores caídos en el accidente de avión) empujaban desde el cielo a esta camada de Fergunson. Solo así podemos entender porqué el United consiguió la victoria en solo tres minutos.
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Este mayo próximo Bayern de Múnich presentará sus credenciales en una nueva definición de la UEFA Champions League. El rival será otro equipo inglés, el Chelsea ¿Lograrán ambos equipos superar la emosión de la final de 1999? Queda demostrado que en fútbol, más que en ningún otro deporte, nada está dicho hasta que el juego termina.

AGRADECIMIENTOS: 
A Matthew e Ingrid por las traducciones

ACLARACION: 
*Los 16 clubes participantes de la primera Copa de Europa fueron el Servette FC suizo, el Real Madrid de España, el Sporting de Lisboa (Portugal), el Partizán de Belgrado (ex Yugoslavia), el AC Milan italiano, el Rapid de Viena (Austria), el PSV Eindhoven de Holanda, el FC Saarbrücken del protectorado de Sarre (que ya no existe), el Stade de Reims francés, el AGF Århus danés, el Vörös Lobogó húngaro, el RSC Anderlech belga, el Hibernian FC de Escocia, el Djurgårdens de Suecia, el Gwardia Varsovia de Polonia y el Rot-Weiss Essen de Alemania.

Dedicado a Humberto, el viejo Federico y Manolito, Rafita, Guille, Nacho Villanueva, Julio y el Negrito Aldo Suden, compañeros de trabajo que me acompañaron aquel día, a los que espero volver a ver.

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